VECINDAD Y CONVIVENCIA

VEÏNATGE I CONVIVÈNCIA

Todas las personas que vivimos en un municipio asumimos la condición de vecino o vecina, algo que implica una serie de derechos y obligaciones respecto al resto del vecindario. Son costumbres y normas que permiten una mejor calidad de vida, basada en la convivencia entre las persones y la cohesión social.

La convivencia (convivència) vecinal se basa en valores como  la solidaridad, el respeto, la responsabilidad mutua y la cooperación. El ejercicio de estos valores favorece el sentido de pertenecer a la comunidad y ser considerado miembro de ella. Son también la base del civismo (civisme), que se puede entender como el conjunto de cualidades (actitudes y comportamientos) que permiten a los ciudadanos y ciudadanas vivir en comunidad, respetando y aceptando siempre las reglas del juego de la democracia y los derechos fundamentales. El ejercicio de la convivencia y el civismo corresponde al conjunto de personas que viven en una población, tal como afirmó Zygmunt Bauman: “No puede existir una comunidad sin un sentido y una práctica de la responsabilidad”.

Dado que cada sociedad establece su propio marco de relaciones sociales, en este apartado exponemos las normas catalanas que regulan la convivencia ciudadana divididas en ámbitos, desde las comunidades de vecinos hasta el respeto por el medio ambiente, pasando por los espacios públicos.

Así pues, la vida en sociedad comporta una serie de derechos y deberes. Conocerlos y practicarlos nos ayudará a relacionarnos y convivir con el resto de vecinos y, en definitiva, a mejorar la calidad de vida de todos. 

Es muy importante que transmitamos a los niños los hábitos y costumbres de la “buena vecindad”, para garantizar la convivencia de hoy y de mañana. Las madres y padres somos responsables de los actos de nuestros hijos y por eso debemos dar ejemplo y estar atentos a las actitudes y acciones de estos tanto en casa como en los espacios públicos.