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LA FIESTA, MANIFESTACIÓN COLECTIVA DE PARTICIPACIÓN

Una de las maneras de participación colectiva más extendida son las fiestas populares y tradicionales, que permiten que personas de cualquier condición social, religiosa o étnica, ya sean hombres o mujeres, y de cualquier edad, sean bienvenidas y puedan participar en ellas.

Las fiestas tradicionales y populares en Cataluña son muy variadas, ya que muchas comarcas y municipios tienen las suyas propias. Aquí os explicaremos brevemente las fiestas comunes a toda Cataluña.

EL CARNESTOLTES
(CARNESTOLENDAS)

La fiesta del Carnestoltes, también llamado Carnaval, se celebra los días que preceden al período de abstinencia y ayuno de la Cuaresma, 40 días antes de Pascua. Se celebra siempre durante el mes de febrero, en función de las fases de la luna.

El primer día de celebración es el jueves lardero (dijous gras), día en que es tradición comer huevos y productos del cerdo, como la tortilla con butifarra de huevo y la coca de lardones (coca de llardons).

El rey Carnestoltes es el encargado de abrir la fiesta. Aparece el viernes, el sábado o el domingo siguiente al jueves lardero. Puede ser un muñeco llevado por jóvenes o una persona disfrazada. Acostumbra a pronunciar un discurso o pregón, en tono satírico, que incita a participar en la fiesta. Según la población, el rey Carnestoltes recibe diferentes nombres.

Ese fin de semana se caracteriza porque la gente se disfraza de lo que quiere. También hay comparsas o grupos de gente que se disfraza de un motivo común.

Las poblaciones organizan pasacalles (rues) y cabalgatas, que son desfiles de carrozas y otros vehículos adornados. A menudo se organizan premios para la carroza o comparsa mejor adornada o más original. En estos desfiles es costumbre que la gente participe desde diferentes sectores sociales y comerciales, como, por ejemplo, las asociaciones de vecinos, las asociaciones de comerciantes, asociaciones de jóvenes, etc.

El miércoles siguiente es el miércoles de ceniza (dimecres de cendra), que es el último día del Carnaval y el primero de la Cuaresma. Ese día el acto más conocido es el entierro de la sardina. Este acto tiene mil y una variaciones locales y puede ser tanto el entierro de una sardina como la quema de un muñeco del Carnestoltes. Al final del acto se lee un testamento satírico en el que el personaje lega a cada uno aquello que no necesita. El acto simboliza que se acaban los días de fiesta y empiezan el ayuno y la abstinencia.

DIADA DE SANT JORDI

El 23 de abril celebramos la Diada de Sant Jordi, patrón de Cataluña.

La leyenda de Sant Jordi tiene muchas variantes en todo el mundo. La catalana explica que había un lago habitado por un dragón al que cada día debían sacrificar una doncella. Sant Jordi (el Bien) mata al dragón (el Mal) y libera a la doncella. De la sangre del dragón nace un rosal de rosas rojas.

Así pues, por la Diada de Sant Jordi es una tradición las paradas de rosas y libros en la calle. La rosa como símbolo del amor y el libro como símbolo de la cultura. Es un día alegre y participativo que invita a pasear y a disfrutar.

La costumbre es que los hombres regalen una rosa a las mujeres y éstas regalen un libro a los hombres.

Cataluña ha exportado esta tradición del libro y la rosa al resto del mundo. En 1995 la UNESCO lo adoptó como Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor.

LOS CASTELLERS

Otra manifestación cultural muy relevante es la construcción de castillos humanos, costumbre originaria del Campo de Tarragona que se ha extendido por el territorio catalán. Las collas de castillos (castellers) compiten para formar los castillos de mejor estructura y mayor altura.

Tradicionalmente, las collas castelleras han servido como instrumento de integración social, ya que son indispensables personas de cualquier sexo, edad y condición física, tanto por lo que se refiere al peso como a la altura. El único requisito para participar es la voluntad de ayudar a construir un proyecto común: levantar castillos; por ello, los éxitos son siempre éxitos colectivos.

Hay construcciones de 1 a 9 personas por piso y castillos de 5 a 9 pisos de altura.

Los castillos tienen una técnica compleja, a pesar de estar formados por personas no profesionales que se dedican a esta actividad de manera voluntaria. Esta técnica implica un lenguaje casteller propio.

Cada castillo recibe un nombre según el número de personas que hay en cada piso y el número de pisos de altura. Así, un castillo 4 de 8 (castell 4 de 8) es un castillo con cuatro personas en cada piso y 8 pisos de altura. También hay castillos con una sola persona por piso y en ese caso, se llaman pilares (pilars).
Para cargar (carregar) un castillo (levantarlo) hace falta una piña (pinya), o un conjunto de personas que formen una masa compacta con el objetivo de sujetarlo y de servir de almohada en caso de caída. La gente que va de espectadora a las demostraciones castelleres participa a menudo poniéndose en la piña.
En el último piso se enfila el enxaneta, que generalmente es un niño o una niña. Cuando el enxaneta saluda con la mano, se dice que hace la aleta (fa l'aleta), lo que significa que el castillo se ha cargado con éxito. Es tan importante cargar como descargar (descarregar) o deshacer el castillo, lo que quiere decir que debe hacerse sin que nadie se caiga. Si el castillo se cae, se dice que hace leña (fa llenya).

LOS GIGANTES Y LOS CABEZUDOS

Los mitos de gigantes (gegants) y de bestias fantásticas son comunes a todas las culturas, en un intento de atribuirles lo inexplicable que nos rodea. Hoy en día representan símbolos de la comunidad y forman parte de la fiesta como una manera de expresión colectiva.

La figura del gigante es la representación en dimensiones exageradas de un personaje de la leyenda, la historia o las costumbres locales. La mayor parte de poblaciones tienen su pareja de gigantes, el gigante y la giganta (el gegant i la geganta), y en la actualidad son muchas las asociaciones y colectivos que también los tienen.

Generalmente las figuras están hechas de cartón y madera y llevan un rasgo distintivo de la colectividad o del municipio que representan. Encontramos parejas de gigantes que representan al rey y la reina, el rey moro y la cristiana, el heredero y la doncella… Todos tienen un nombre, los llevan las colles geganteres y los preceden los cabezudos (capgrossos). Salen en desfiles denominados cercaviles (pasacalles) durante los días de fiesta mayor o en encuentros de gigantes (trobades de gegants).

Los cabezudos (capgrossos) son cabezas muy grandes, dentro de las que se coloca la persona que las lleva, y que mira por un agujero que hay en la boca, lo que da a los cabezudos un aspecto grotesco. Representan personajes populares y actúan de una manera teatral.

CORREFOC (CORREFUEGO), DIABLOS Y BESTIARIO

El fuego ha sido desde siempre uno de los elementos más indispensables de la fiesta y ha ido cobrando un protagonismo creciente. Han proliferado las collas de diablos, que además han servido de elemento cohesionador de una sociedad cada vez más plural.

Los diablos (diables) son collas de jóvenes que llevan unos vestidos característicos y van con mazas donde fijan los petardos. En los bailes de diablos (balls de diables), los diablos danzan girando y dando vueltas, a la vez que provocan a los espectadores para que participen persiguiéndolos.

El bestiario (bestiari) es un conjunto de representaciones de bestias imaginarias, algunas de las cuales tienen relación con la población a la que pertenecen y otras son fruto del imaginario colectivo. El dragón (drac) es el elemento más común y popular, pero también encontramos el águila (àliga), la mulassa (una mula), el buey (bou) o la víbria (un dragón hembra).

A los desfiles de diablos y de bestiario los llamamos correfoc y están presentes en la mayoría de fiestas mayores (festes majors). Los correfocs se hacen por la noche y tanto los diablos como las bestias van cargados de petardos.

LA FIESTA MAYOR

Todas las poblaciones de Cataluña, pequeñas o grandes, tienen su fiesta mayor (festa major), en conmemoración del patrón o la patrona del municipio. La fiesta mayor es la expresión más amplia de participación, ya que acostumbramos a encontrar en ella pasacalles de gigantes y cabezudos (cercaviles de gegants i capgrossos), correfocs, castellers y muchas más actividades colectivas como bailes de sardanas (ballades de sardanes), actuaciones de grupos musicales, castillos de fuegos artificiales, esbarts dansaires (grupos de personas que mantienen y promueven las danzas populares catalanas), comidas o cenas colectivas, etc.

La sardana es la danza colectiva más popular de Cataluña y se ha convertido en un símbolo. Se baila en círculo, cogidos de la mano, y no es indispensable que se formen parejas mixtas, de manera que todo el mundo puede participar e incorporarse aunque el baile ya esté empezado. Tiene una tirada de pasos cortos (passos curts) y otra de pasos largos (passos llargs), que se van repitiendo. La sardana ha dado lugar a la formación de colles sardanistes y la música la interpreta una agrupación musical que se denomina cobla.

LA VERBENA DE SAN JUAN

La noche de San Juan, coincidiendo con el solsticio de verano (23 de junio), es la noche del fuego por excelencia. Es una fiesta espontánea que se celebra en la calle en forma de verbena (revetlla), haciendo hogueras (fogueres) con maderas y muebles viejos y tirando gran cantidad de petardos (petards) y fuegos artificiales (focs artificials).

Es una tradición saltar las hogueras y comer la coca de San Juan, que puede ser de piñones, de lardones (llardons) o de crema.

LA NAVIDAD EN CATALUÑA

El ciclo de Navidad (Nadal) comienza el 6 de diciembre y se acaba el 6 de enero, con la llegada de los Reyes Magos de Oriente (Reis Mags de l'Orient), que traen regalos a los niños, y se organizan grandes desfiles, llamados cabalgatas (cavalcades), para recibirlos.

Durante la Navidad es tradicional la iluminación en todos los pueblos y ciudades, los encuentros familiares y los regalos. Hay muchas ferias donde exponen productos de todo tipo, como la feria de Santa Lucía (fira de Santa Llúcia) o las ferias del gallo o del abeto.

Por Navidad también son tradicionales los conciertos, algunos de origen medieval, y los belenes (pessebres) (figuritas que representan el nacimiento de Jesús), que incluyen la tradicional figura del caganer. El tió también es una tradición catalana que consiste en el hecho de que los niños dan golpes de bastón a un tronco y este “caga” regalos y golosinas.

La Nochevieja (Cap d'Any), a pesar de estar en este ciclo, no forma parte de la tradición religiosa de la Navidad. Es una celebración festiva para dar la bienvenida al año nuevo y tiene sus propias tradiciones, como el home dels nassos (‘hombre de las narices') o el ritual de comer 12 granos de uva coincidiendo con cada una de las campanadas que señalan la llegada del año nuevo.